Problemas críticos de la crítica

Parque Chávez 1 Fase Táctica 1-1.5 años

La lectura de una carta-artículo reciente, caracterizada por una peculiar articulación verbal, (de alguna manera hay que llamarla), la del arquitecto-profesor Juan José Pérez Rancel,1  produce dos reacciones: el asombro y el desconcierto. El asombro es por la sorprendente carga de emotividad que remite a un demasiado transparente contenido de odio y de rabia. El desconcierto es por la absurda metodología de análisis. Tal vez no debería haber extrañeza o asombro: las profundas rupturas políticas, resultados de grandes y evidentes rupturas sociales, nos han acostumbrado, desde hace por lo menos una década, a que en un sector muy preciso de la población, el odio más desaforado acompañe a las diatribas públicas o domésticas, cuando de política se trata. De todos modos, al recordar las habituales bonhomía, serenidad y circunspección, de las cuales el prof. Pérez Rancel hace gala en su trato personal, no le cuadra a uno la virulencia con la cual se expresa al “considerar” el supuesto proyecto del equipo del arquitecto inglés Richard Rogers, para el Parque Chávez. 

Porque más que un análisis arquitectónico o urbanístico, desarrollado en el marco argumental usual de las disciplinas correspondientes, en el artículo explota como un encono desesperado, una angustia de epítetos y ahogos cuya única justificación es el imaginario en que buena parte de la población venezolana, sobre todo la pequeña burguesía, la clase media, ha traducido los cambios y las propuestas originadas en la revolución bolivariana. Un imaginario grotesco, aterrador, de miedos y de perspectivas de colapsos, de exclusiones y de pérdidas. Un imaginario que por más fantástico y falso, pesa sin embargo en las mentes y en los ánimos de mucha gente honesta e inteligente con una carga inmensa. Una prueba es el artículo en cuestión: miren y cuenten los adjetivos, préstenle atención al desarrollo de los argumentos. Vean a qué se reducen: 1. El arquitecto Richard Rogers, antes de proyectar, debería examinar el contexto socio-económico en el cual se va a insertar lo que él llama el “MegaCongorocho”. Ese contexto, que el profesor Pérez Rancel conoce demasiado bien, es por supuesto el de las “crudas realidades secularmente olvidadas”, el de la pobreza, de los ranchos y barriadas, de las prioridades de una vialidad descompuesta e irracional, del asalto continuo a la naturaleza y de los despilfarros sin medidas, contexto típico del subdesarrollo dependiente, creado, alimentado y mantenido por esa mezcla igualmente subdesarrollada y dependiente de dictaduras y democracias representativas que han precedido al actual cambio político. Y, 2, un proyecto de la naturaleza del Parque Chávez no coincide con un necesario programa “democrático” de inversiones más útiles y económicas, descentralizadas. ¿Y es que acaso se supone que no se debería construir nada, ni estadios para deportes, ni parques, ni espacios de recreación, ni teatros ni nada, si el país no está primero, todo, a la altura de la decencia social-demócrata de Suecia o de Suiza? Sería el colmo de la demagogia. Un chantaje inmoral, un atentado a la calidad de vida que se supone indispensable para los ciudadanos. Pero, además, ¿cómo sabe el profesor Pérez Rancel si el equipo del arquitecto Richard Rogers, para diseñar, no ha examinado con el tiempo y la debida atención ese contexto a que el profesor se refiere? ¿Cómo supone el profesor Pérez Rancel que no ha habido estudios previos de transporte y accesibilidad, de protección patrimonial, de paisajismo sustentable? No lo sabe, evidentemente. Está juzgando sin saber.


Parque Chávez 2 Fase Nodular (1,5 - 4 años)
El desconcertante Pérez Jiménez, una contradicción más de su dictadura, había puesto en circulación unas cajetillas de cerillas que llevaban el eslogan “Antes de opinar, infórmate”. Eslogan acertado y necesario en cualquier situación. Viene muy al caso recordarlo porque lamentablemente lo que el profesor critica, a partir de una sola, minúscula foto, ¡ni siquiera es el proyecto de Rogers! 2  Tendría sentido reclamar que ésa es la información que se ha divulgado. En verdad, se trata de un problema viejo y repetido: La información que difunden las agencias y las instituciones del Estado progresista es sumamente deficiente, incompleta, desenfocada.

Parque Chávez 3 Fase Estratégica (3 - 6 años)
En este caso, sin embargo ¿cómo emitir juicios tan demoledores y totales a partir únicamente de unas someras informaciones de prensa o de una pequeña ilustración sin especificaciones? ¿Qué clase de análisis crítico es ése?¿No debería haber siquiera unas dudas, unas preguntas, una corta revisión de las fuentes? No. La condena demagógica es inmediata y tajante, la ironía es hiriente e irrespetuosa, las acusaciones en tono moralista son definitivas, las afirmaciones de rechazo, sin reparo. Se plantean asertos y declaraciones esencialmente políticas, nada de examen específico arquitectónico o urbanístico. Ha habido, pues, tratándose de un profesor reconocido, de un investigador con autoridad, un gravísimo error de método de análisis crítico. O, para decirlo con más claridad, de ausencia de método, justamente. Puerta abierta a las emociones donde, si hablamos de crítica, debería haber, por respeto al público –el artículo es un mensaje público– más prudencia, más seriedad de examen, más objetividad y menos animosidad impulsiva donde todo se remite a opiniones y prejuicios políticos.

 Parque Chávez 4 Fase integral (5 - 12 años)

Pero ¡ah! la emoción!... Desde aquí y desde allá, a favor y en contra, pensamos y actuamos desde la emoción. Razonamos con los intestinos, el hígado y el estómago y no con el cerebro, como se supone que lo exige y lo permite el grado de evolución alcanzado por la especie humana, y dejemos de un lado otro órgano, el corazón, que esto es asunto de crítica-política y no de filantropia. Es así que un excelente académico del nivel del profesor Pérez Rancel puede abandonar la seriedad de sus estudios para precipitarse a lanzar opiniones sin la más mínima consulta previa ni información fidedigna. Sin duda alguna, debe haberle quedado la satisfacción rabiosa, el desahogo de haber dicho lo que le provocaba, de haber salido de lo que le pesaba en el ánimo, contra lo que considera políticamente injusto, indigno e ilegítimo. Quisiéramos, fraternalmente, por lo que lo conocemos, acompañarlo en la necesaria labor crítica. Pero, una vez más, no podemos: se equivocó por completo de objetivos y de métodos. De cabo a rabo. Una ocasión perdida.
 
Sucede. Es una lástima. Realmente.
 
JPP.


2 La foto de los estadios que ha circulado, corresponde a otra propuesta previa de otros arquitectos que nada tiene que ver con el proyecto definitivo, todavía en estudio. En coherencia con lo anterior publicaremos una mayor información sobre el proyecto definitivo del equipo Rogers-Arup. Habrá entonces suficiente material para comenzar a reflexionar, a discutir, a emitir juicios sin gárgolas políticas y emocionales. Adelantamos 4 secuencias de las etapas previstas en el programa del desarrollo del Parque Chávez.

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