PROPUESTAS PARA LA VIVIENDA EN VENEZUELA - N° Art. 18 CONCEPCIÓN Y DISEÑO PARA LA VIVIENDA PÚBLICA (Artículo final de la serie)
Alejandro López Arocha, 11/junio/2025
La producción y construcción de viviendas es uno de los sectores de la economía que más la impacta porque incide en muchas otras actividades e industrias. Exige trabajadores y técnicos en abundancia, podría ser un impulso para industrializar materiales y componentes constructivos, debería requerir investigaciones diversas y acopio de experiencias y conocimientos.
Más aún, sería vital para la ordenación del territorio, instrumento de respeto y armonía con el ambiente, reforzamiento de valores y visiones comunales y ancestrales. En fin, es la expresión material, física en el territorio para el buen vivir, para el desarrollo social e industrial, e incluso, para prever situaciones relacionadas con los riesgos naturales y los creados por el hombre.
Hoy continuamos (y terminamos) con otros aportes que deben siempre percibirse dentro del contexto conceptual e ideológico que han motivado esta serie sobre la vivienda, con la esperanza de que los responsables públicos, académicos, gremiales, privados y comunitarios, los lean y les haga repensar sus actuales programas y proyectos.
La vivienda influye en la organización, formación y nexos comunales, en la dotación y reordenamiento urbano y territorial, la industrialización de la construcción, hasta en la defensa y soberanía del territorio.
Debe priorizarse como colectiva y pública.
Hay que aumentar o masificar la diversidad de opciones de tenencia: alquiler, comodato, comunal, familiar, otras a identificar.
Baja altura (3-5 niveles). Implantación continua. Modular. Flexible. Cambiable e intercambiable (dimensiones, espacios, usos y tenencia). Posibilidades de transformación interna para nuevas realidades y condiciones de los ocupantes.
Partir de vivienda bi-familiar de 2-3 pisos (para facilitar nuevos hogares, ingresos adicionales) y la multifamiliar de baja altura. En lo posible evitar ascensores, equipos de aire acondicionado y de bombeo de agua.
Adaptabilidad a diferentes culturas, tipos, estructura, composición y situación familiar (variados programas de áreas, espacios y usos). Anticipar su “decrecimiento”.
Incluir espacios para la intimidad hogareña (dormitorios, sanitarios, estar, etc.) y otros compartidos comunitariamente como cocina-comedor, lavado-secado ropa, estudio, recreación, juegos, deportes, huertos, etc.
Viviendas de usos mixtos. Prever espacios para actividades productivas familiares y comunitarias (taller, tienda, bodega, café, panadería, frutería, otras según naturaleza y cultura local). Especialmente en las viviendas aledañas a vías, caminerías, escaleras, veredas, plazas, áreas deportivas y otros espacios de usos intensivos.
En viviendas bifamiliares o multifamiliares la gradualidad en ampliación y mejoramiento, crecimiento horizontal y vertical, es fundamental empezar a contemplarlo. Ello facilita los planes de vivienda para atender a más familias con condiciones habitables suficientes inicialmente y luego crecer según nuevas realidades.
Aprovechar los techos (5ta fachada) para usos mixtos y simultáneos: siembras y crías comunitarias o familiares, recuperación y acopio de aguas de lluvias, captación de energía solar, lavandería comunitaria, cocinas comunes, comedores, estudio, reuniones, terrazas, recreación y esparcimiento vecinal, mirador, gimnasio, otras.
En cuanto al confort climático: iluminación natural directa e indirecta, ventilación cruzada (excepcionalmente ventiladores nunca AA), techos inclinados y altos, balcones, pérgolas, patios, corredores, aleros, celosías. Aprovechar lluvias (recoger y almacenar). Control de radiación solar en techos y pavimentos permeables. Todos estos puntos deberían ser prácticamente obligatorios en todo plan urbano, en equipamientos y en las viviendas.
Instalaciones a la vista (menores costos y fácil mantenimiento). Equipos y artefactos sanitarios de bajo consumo y tratamiento y reuso de aguas grises.
En caso de los barrios, la prioridad está en la movilidad, accesibilidad y dotación de redes de infraestructuras, equipamientos comunales, centros de trabajo y de generación de recursos propios, seguridad personal y ante amenazas naturales y antrópicas, emergencias, articulación e integración con el contexto urbano.
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